Vete a por lo que quieres
Un día leí una historia en el libro: Los secretos de la mente millonaria de Harv Eker. Era algo así:
«En una de sus conferencias sobre mentalidad y éxito, un ponente escuchaba a decenas de personas compartir sus sueños.
Uno de ellos —un joven entusiasta, con muchas ganas de aprender— levantó la mano y dijo:
—He leído tus libros, me inspiras muchísimo. Cuando vengas a mi ciudad, prometo que asistiré a uno de tus cursos.
El ponente asintió, con esa sonrisa tranquila de quien ya ha escuchado esa frase demasiadas veces.
—¿Y dónde vives? —preguntó.
—En Toronto —respondió el joven.
—¿Y sabes dónde será el próximo curso? —dijo el ponente.
—En Seattle, creo.
El ponente se inclinó un poco hacia él, bajando la voz:
—¿Y qué te impide venir?
El joven dudó unos segundos.
—Bueno… son muchas horas de vuelo, gastos de hotel, el trabajo… además, seguro que más adelante haces otro más cerca.
Entonces el ponente lo miró fijamente y dijo algo que heló el aire de la sala:
—Por eso todavía no has llegado donde quieres.
El público quedó en silencio.
El joven, confundido, preguntó:
—¿Cómo dices?
—Si tres horas de avión o un océano te separan de algo que realmente deseas, el problema no es la distancia.
El problema es tu mentalidad.
—Tu mente ya está buscando razones para no hacerlo. Y mientras ella busca excusas, otros simplemente compran el billete y van.
La sala entera se quedó quieta.
Y el joven, que había empezado el día pensando que “ya lo haría algún día”, entendió algo que le cambió para siempre:
que el momento perfecto no existe, y que esperar el momento adecuado es otra forma elegante de no moverse»
A veces la vida no te pone lejos las cosas porque no sean para ti,
sino para comprobar cuánto estás dispuesto a moverte por ellas.
Y esa, créeme, es la diferencia entre quien habla de sueños y quien los convierte en realidad.
✨ No esperes a que las oportunidades lleguen. Ve tú a por ellas.